martes, 16 de julio de 2013

Artistas sufren desalojo en San Cristóbal de las Casas

Por: José Osbaldo García Muñoz


Cortesía: Gráfica Maya
Desde el pasado 5 de julio del presente año, el colectivo multicultural de artistas Gráfica Maya fue notificado para desocupar el espacio que ocupa en el Centro Cultural “El Carmen” de la ciudad de San Cristóbal de las Casas. Esto, por órdenes del secretario de administración como parte de los supuestos trabajos de reubicación de oficinas del ayuntamiento en turno, sin tomar en cuenta los aportes que han hecho a la comunidad los artistas que continuamente convergen en ese lugar.

Cortesía: Gráfica Maya
Pese a que las autoridades municipales puedan tener razones “bien fundadas”, el desalojo es señal de una decadencia anunciada que se convierte en un atentado contra el derecho a la libertad de expresión y asociación de un grupo intelectual y artísticamente productivo, el cual realiza un trabajo de gestión, creación, promoción y difusión cultural a nivel internacional, en tanto representa parte importante de la cultura de los pueblos originarios de Chiapas al tener entre sus miembros a tzeltales, tzotziles, mames, zoques, entre otros, sin que esto le cueste un solo peso al gobierno local y estatal. Si bien la burocracia es importante para las instituciones gubernamentales, también lo debe ser la atención y apoyo que merecen aquellos a quienes sirve: “que la sociedad cobre sentido por medio de la voluntad de las personas y no que las personas obtengan su sentido del servicio que prestan a una voluntad común, de la que son portavoces irrevocables unos pocos predestinados”, escribe Fernando Savater.   

Cortesía: Gráfica Maya
A seis años de su fundación, Gráfica Maya se ha convertido en un referente de las formas diversas en que se puede reflexionar el tema de lo “indígena” y las expresiones culturales y sociales como traducción contemporánea del mundo. A partir de su nacimiento (2007), el haber generado un campo heterogéneo de coincidencias intelectuales y creativas multiculturales, ha permitido la disminución de las distancias en eso que los antropólogos llaman “la otredad”. En su peregrinaje de seis años, han desfilado pensadores de diversas disciplinas, así como artistas y defensores sociales o personas —de distintas nacionalidades— que sólo buscaban un espacio para dialogar. Pero este sencillo principio innovador, el “Diálogo”, ha sido factor para la discusión frontal y polifónica de la situación compleja y dinámica en que vive la sociedad actual. De alguna manera, bajo el principio electivo del “hacer-pensar dialógico” para “ser” y “transformar” colectivamente, quedó relegado el carácter individualista, etnocéntrico, materialista y racista que expone el actual sistema-mundo de Wallerstein.


Por tal razón, cerrarle el paso a los grupos de artistas que enriquecen el panorama cultural de la otrora llamada “Ciudad Real”, sólo es síntoma de una incapacidad para dimensionar la problemática social y el interés de la sociedad chiapaneca. Esperamos que el presidente municipal y gobernador del estado tomen cartas en el asunto, evitando que se cometa tal atropello.